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Las mujeres indígenas latinoamericanas están sometidas a una triple condición de asimetría: su condición de género, la racialización de los pueblos originarios y la precariedad y exclusión social de los lugares donde viven. Esta violencia multi-condicional impune es retratada en la película Volcán Ixcanul, Guatemala (2015), que explora las representaciones sociales de la violencia contra las mujeres kaqchikel (mayas quichés). A través de la perspectiva metodológica de los estudios culturales, la representación social y el método de análisis de contenido, se revelan las expresiones de la violencia y su impunidad en las películas. Estas representaciones discurren sobre dimensiones de carácter socioespacial, carácter histórico y el carácter socio-relacional que influyen en las mujeres indígenas. Su pertenencia étnica y género están mediados por relaciones de dominación patriarcales y colonizadoras en espacios que cartografían la exclusión social. La violencia contra estas mujeres es sistemática y naturalizada. Expropiadas y excluidas, son un grupo contra quienes la violencia simbólica y la invisibilidad implican inexistencia e impunidad. La representación social de la violencia contra las mujeres indígenas puede expresar las tipologías polémicas, hegemónicas y emancipadas. Las imágenes de la violencia impune abogan por la conmoción tras la memoria social de lo popular silenciado como prácticas de resistencia y descolonización o legitiman patrones de asimetría social. Estas narrativas cinematográficas reproducen o critican la representación social de una alteridad cultural basada en la alteridad radical interna: la imagen de la mujer indígena marcada por su legado, que la convierte en víctima recurrente de la violencia y la discriminación.
